EL APARATO ARMADO Y CLANDESTINO DEL PARTIDO COMUNISTA EN URUGUAY.

En los años 60 y 70, en plena democracia, como se supo después, el partido comunista en Uruguay (PCU) tuvo un aparato armado clandestino ,armado hasta los dientes, que no puso en acción, salvo hechos aislados. por razones estratégicas.
Al que conoce cómo funciona el comunismo esto no le extraña, porque ya desde la época de Lenin y Stalin, en las 21 condiciones para ingresar a la Internacional Comunista, una era tener un aparato clandestino, listo para pasar a la acción ilegal cuando fuera necesario.
Hay que comprender que el comunista no es un partido como los demás, sino uno dispuesto a tomar el poder por la vía que sea : electoral, guerrilla, insurrección, golpe de Estado.
Y que no cree en el sistema democrático. Solo lo utiliza como un campo más fácil que una dictadura para actuar.
Es por eso que me resulta claro que el diputado Gerardo Núñez ha sido encargado de los temas militares, lo que antes se llamaba “ cuarta dirección de trabajo”, en la perspectiva insurreccional que el PCU nunca ha abandonado, pues no ha renegado de la tesis de Arismendi de “la vía armada como la más probable para llegar al poder”.
Y en esa tarea Núñez no desaprovecha ninguna oportunidad para tratar de desprestigiar a las FFAA, especialmente al ejército nacional.
Y para sugerir que es necesaria la creación de destacamentos militares alternativos de la población contra ese ejército :
“milicias populares”, ”ejército popular” o incluso “ejército rojo” como lo llamara en un tuit.
Esto, sumado a la entrada incesante de miles y miles de cubanos a Uruguay, cuando sabemos lo que pasó en Angola, Venezuela y otros lugares, debe preocuparnos a los Orientales demócratas, y especialmente a los que tienen alguna responsabilidad en el Estado, parlamentarios, intendentes, u otros funcionarios, con mucho más acceso a medios masivos que los de a pie que solo tenemos las redes sociales.
Hacer conocer lo que es realmente el totalitarismo comunista, responsable de la muerte de más de cien millones y de muchas dictaduras, algunas aún existentes, debe ser tarea democrática prioritaria. Porque vienen por nosotros.