HACE UN CUARTO DE SIGLO, EL PARTIDO AZUL LIDERADO POR CANESSA.
HACE 25 AÑOS EL PARTIDO AZUL.
En 1994 se creó el
partido azul, liderado por Roberto Canessa.
En esta búsqueda de
un lugar donde llevar adelante ideas, que he tenido toda mi vida, fui hasta su
casa en Carrasco a ver qué proponía.
Me gustó su actitud y
su optimismo, y su propuesta de crear un partido “trabajista”, que reivindicara
el trabajo como lo fundamental.
Conocí también a unos
señores de avanzada edad (yo tenía 43) que habían sido los primeros en
acompañarlo y que integraban la dirección que llamaban “la cúpula”. Nunca más
oí de ellos luego de ese año.
La sede del partido
se instaló en la calle Gabriel Pereira entre Ellauri y 26 de marzo, cerca de mi
casa, por lo que pasaba mucho tiempo ahí, luego de mis clases en el liceo.
Un día el encargado
de propaganda salió en la prensa diciendo una serie de disparates, y llamé a
Canessa para decirle que lo acompañaba si era una empresa seria, pero que esas
pavadas no me representaban.
Ahí me ofreció
encargarme de la propaganda, con lo que pasé a ser el secretario de prensa y
propagada del partido.
Junté a varios
miembros del partido y vimos qué propaganda tradicional podíamos hacer. Así
hicimos volantes, pintadas en los muros, y empecé a escribir una columna en la
prensa.
Canessa hizo varios
avisos televisivos en los que aparecimos varios militantes diciendo nuestra
ocupación. Yo decía “soy profesor”.
A Canessa se le
ocurrió lo de los “ñoquis azules”, pasta
pintada de ese color, no sé con qué, que comíamos los fines de semana. Se usaba
el fondo de la sede y una casa de un partidario en Colón para hacer actos.
Nos vinculamos con
otros partidos chicos e hicimos un acto conjunto en el Platense, en el que los “azules”
llenamos una tribuna.
En esos días conocí a
la esposa y padres de Canessa, y este me escribió una dedicatora en el libro “Viven”,
diciendo que yo era un valiente.
La noche previa a las
elecciones salimos en varios vehículos y repartimos todas las listas que habían
quedado, en las que yo era candidato a diputado y a la Corte Electoral.
En conversaciones con
Canessa advertí que su formación política no era muy sólida, y que realmente
pensaba que iba a ser Presidente,cuando la lógica indicaba que como máximo se
podría lograr una banca de diputado.
Sacamos algo más de
dos mil votos.
Luego de eso con un
par de militantes empezamos a sacar un boletín que llamamos “La montaña”, en el
que planteábamos seguir trabajando entre elecciones y formulábamos ciertos
lineamientos ideológicos, fundamentalmente contrarios a la dictadura en Cuba y
sus partidarios en Uruguay. Luego con esos amigos y otros creamos el Comité
Uruguayo por la Libertad de Cuba, cuando vimos que Canessa no acompañaba
nuestro esfuerzo.
En el 99 yo ya estaba
de vuelta en el Partido Colorado, del que fui edil y convencional, cuando
Canessa reapareció bajo el ala de la Unión Cívica, logrando aún menos votos.
Luego ninguna noticia más. Desde hace 25 años
a Canessa solo lo he visto cuando le hacen algún reportaje sobre los Andes.
Confieso que fue una de mis muchas
decepciones, pues aunque no hayamos logrado el objetivo, desde el punto de
vista humano al menos alguna vez me podría haber saludado por el esfuerzo
desinteresado hecho a favor de su empresa política.
Ah, y el número era 711, que después lo tomó Sendic.
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